sábado, 11 de julio de 2015

Pido la palabra: Basta ya

Sé que las hambrunas , las guerras y las epidemias han sumergido al mundo en la miseria. Sé que la clase política se está mofando de toda la ciudadanía española. Sé que este país sufre una de las mayores crisis económicas de su historia. Sé que la educación se ha corrompido. Sé que los libros, el cine, el teatro, la música y el arte se han visto huérfanos estos últimos años. Sé que el debate religioso nunca ha dejado de cesar. Sé que empresas dedicadas al mundo del deporte gastan millones y millones en deportistas que no lo merecen .  Sé que la sanidad no está al alcance de todos. Sé que los periódicos ocultan y difuminan información a su imagen y semejanza.  Pero sobre todo sé que "el tío de la guadaña" nos vigila, se ríe y se regocija de su propia obra. Le estamos ahorrando trabajo y tiempo. Y sinceramente basta ya.
No obstante, aún queda esperanza. Lo único que nos queda es la risa, el humor. Todo parece estar pintado en un tono gris, pero eso no significa que no podamos coger una brocha y liarnos a pinceladas azules. No estoy hablando de olvidar y tragar, no. Estoy hablando de aprovechar la vida, de estrujarla al máximo.¿ Qué ha sido de tópicos como el carpe diem o el  tempus fugit?. Parece que no existen motivos por los que sonreír y no es exactamente así. La vida es como una montaña rusa, ahora estamos abajo pero tarde o temprano volveremos a  estar arriba.
Hay algo con lo que no pueden culminar, y ese algo es la humanidad, la amistad, el cariño o el amor. Si nos apoyamos los unos a los otros, si ofrecemos nuestros hombros para que los demás puedan llorar, conseguiremos salir de está. No podemos abandonar nuestros buenos recuerdos a la intemperie, ahora no. Debemos perseguir nuestros sueños, aferrarnos a nuestras ilusiones. Sé que puede sonar un tanto budista, pero lo material no transmite la  felicidad sino que nos conduce a la avaricia y al egoísmo. Sin embargo, siendo altruistas , siendo humanos, y no bestias podremos levantar este país. 
Antaño contábamos con numerosos autores intelectuales que lograban difundir su inteligencia, su sabiduría y su experiencia . Ahora, no. Éstas personas murieron por un mundo mejor, hagamos que no sea en vano. Hagamos que Nelson Mandela se sienta orgulloso, que la memoria de Gandhi no se vea perturbada. Hagamos de esto un mundo mejor. Un mundo en el que prime las emociones y no el sexo, un mundo en el que lo que interese no sea el color de nuestros billetes. Un mundo en el que el pueblo se levante, en el que los pobres tengan voz y voto. Un mundo en el que la palabra humanidad cobre sentido. Basta ya de penurias y problemas. Basta ya de sufrir. Basta ya.

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